¿El fisio solo da masajes? El mito que no refleja la realidad

Pensar que el fisio solo da masajes es quedarse con una imagen muy limitada de una profesión sanitaria clave. La fisioterapia actual integra:

• Valoración y diagnóstico funcional.

• Técnicas invasivas y no invasivas.

• Tecnología avanzada.

• Ejercicio terapéutico.

• Educación al paciente.

Todo con un objetivo claro, recuperar la función, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida.

Durante años, la fisioterapia ha estado rodeada de ideas preconcebidas que no siempre reflejan la realidad de esta profesión sanitaria. Una de las más extendidas es pensar que el fisioterapeuta “solo da masajes”. Aunque el masaje terapéutico puede formar parte del tratamiento en determinados casos, la fisioterapia actual va mucho más allá.

Hoy queremos desmontar este mito y explicarte qué hace realmente un fisioterapeuta, qué técnicas se utilizan en consulta y por qué la fisioterapia es una disciplina basada en la ciencia, el movimiento y la recuperación funcional.

¿De dónde viene el mito del fisio masajeador?

Tradicionalmente, el masaje ha sido una de las herramientas más visibles dentro de la fisioterapia. Muchas personas han acudido al fisio buscando aliviar contracturas o descargar la musculatura, y eso ha reforzado la idea de que ese es su único trabajo.

Sin embargo, la fisioterapia ha evolucionado enormemente en las últimas décadas, incorporando técnicas avanzadas, tecnología de diagnóstico y tratamientos activos orientados a recuperar la función, no solo a aliviar el dolor de forma puntual.

El masaje puede relajar, aliviar tensión y mejorar la circulación, pero por sí solo rara vez soluciona el origen del problema.

La fisioterapia moderna, mucho más que aliviar síntomas

El objetivo principal del fisioterapeuta no es solo “quitar el dolor”, sino:

• Identificar el origen de la lesión o disfunción.

• Restaurar el movimiento y la función.

• Prevenir recaídas.

• Acompañar al paciente en su recuperación a largo plazo.

Para ello, se combinan valoración clínica, diagnóstico funcional y tratamiento individualizado, utilizando distintas herramientas según cada caso.

Técnicas avanzadas que van más allá del masaje

1. Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI)

La EPI es una técnica de fisioterapia invasiva que se aplica guiada por ecografía, lo que permite actuar con máxima precisión sobre el tejido lesionado.

Se utiliza principalmente en:

• Tendinopatías crónicas.

• Roturas fibrilares mal cicatrizadas.

• Lesiones que no mejoran con tratamientos convencionales.

La EPI estimula la regeneración del tejido desde el interior, algo que ningún masaje puede conseguir.

2. Neuromodulación (percutánea y no invasiva)

La neuromodulación actúa sobre el sistema nervioso para regular el dolor y mejorar la activación muscular.

Se utiliza en casos como:

• Dolor persistente o crónico.

• Inestabilidad articular.

• Lesiones neuromusculares.

• Secuelas tras esguinces o cirugías.

Mediante estímulos eléctricos controlados, se busca mejorar la comunicación entre nervio y músculo, algo fundamental para una recuperación funcional real.

3. Diatermia, calor profundo con efecto terapéutico

La diatermia es una técnica de radiofrecuencia que genera calor profundo en los tejidos, mejorando:

• La circulación sanguínea.

• El metabolismo celular.

• La elasticidad de músculos y tendones.

Es muy útil en procesos inflamatorios, lesiones musculares, problemas articulares y recuperación postquirúrgica. A diferencia del calor superficial, la diatermia actúa desde dentro, acelerando los procesos de recuperación.

4. Punción seca

La punción seca se utiliza para tratar los puntos gatillo miofasciales, responsables de muchos dolores musculares.

Mediante una aguja fina, el fisioterapeuta:

• Desactiva el punto gatillo.

• Reduce el dolor referido.

• Mejora la movilidad muscular.

No es acupuntura ni un simple “pinchazo”: es una técnica basada en el conocimiento anatómico y la exploración clínica.

5. Ejercicio terapéutico, la base de la recuperación

Si hay una herramienta imprescindible en la fisioterapia moderna, es el ejercicio terapéutico.

Se trata de ejercicios diseñados específicamente para cada persona, teniendo en cuenta:

• Su lesión.

• Su edad.

• Su nivel de actividad.

• Sus objetivos.

El ejercicio terapéutico permite:

• Recuperar fuerza y movilidad.

• Mejorar el control motor.

• Prevenir recaídas.

• Aumentar la autonomía del paciente.

Sin ejercicio, la recuperación suele ser incompleta. Por eso, el fisio no solo “trata”, también enseña a moverse mejor.

¿Entonces el masaje no sirve?

El masaje terapéutico sí tiene su lugar, pero como parte de un tratamiento global. Puede ser útil para:

• Relajar musculatura tensa.

• Preparar el tejido para otras técnicas.

• Reducir dolor en fases agudas.

El problema aparece cuando se utiliza como única solución, sin abordar la causa real del dolor.

El papel activo del paciente en la fisioterapia

Otro mito frecuente es pensar que el fisioterapeuta “lo hace todo” mientras el paciente permanece pasivo. La realidad es que la recuperación es un trabajo en equipo.

El fisioterapeuta guía, evalúa y trata, pero el paciente debe:

• Participar activamente.

• Realizar ejercicios.

• Cambiar hábitos que contribuyen al problema.

Este enfoque activo es el que realmente genera resultados duraderos.

Fisioterapia basada en evidencia

La fisioterapia actual se apoya en la evidencia científica, la formación continua y el uso de tecnología avanzada. No se trata de aplicar siempre las mismas técnicas, sino de elegir la más adecuada para cada persona y momento del proceso.

Cada lesión es diferente, y cada paciente también.

Si llevas tiempo arrastrando molestias o sientes que los tratamientos que has probado no te han ayudado, quizá sea el momento de descubrir lo que realmente puede hacer la fisioterapia por ti.

En Clínica Merchán, apostamos por una fisioterapia activa, personalizada y basada en evidencia, muy lejos del mito del “solo masajes”.