“Las agujetas son señal de un buen entrenamiento” ¿seguro?
Es un clásico: terminas un entrenamiento exigente, y al día siguiente… apenas puedes moverte del sofá. Te duelen las piernas, los glúteos, los brazos, incluso músculos que no sabías que existían. Y lo primero que piensas es: “¡Qué bien entrené!”
Pero, ¿realmente las agujetas son una señal de que el entrenamiento fue bueno?
¿Qué son las agujetas exactamente?
Las agujetas, o dolor muscular de aparición tardía (DOMS, por sus siglas en inglés), son una respuesta natural del cuerpo tras un esfuerzo al que no está acostumbrado. Se producen principalmente cuando se realiza ejercicio intenso, nuevo o con movimientos excéntricos (cuando el músculo se alarga mientras se contrae, como al bajar escaleras o hacer sentadillas).
Este dolor aparece entre 12 y 24 horas después del esfuerzo, y puede durar varios días. Aunque no es peligroso, sí es una señal de microrroturas en las fibras musculares.
¿Entonces tener agujetas es bueno?
Depende. Tener agujetas significa que tu cuerpo ha sido desafiado, pero no necesariamente que tu entrenamiento fue efectivo o adecuado.
De hecho:
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No tener agujetas no significa que no entrenaste bien.
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Tener agujetas muy intensas o frecuentes puede ser señal de que estás sobreentrenando o no estás respetando los tiempos de adaptación del cuerpo.
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Las agujetas no son imprescindibles para ganar fuerza, mejorar tu condición física o ver resultados.
En resumen: más no siempre es mejor.
¿Qué deberías buscar en un buen entrenamiento?
Un entrenamiento efectivo:
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Está adaptado a tu nivel físico.
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Tiene una progresión adecuada en intensidad y volumen.
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Incluye descansos y recuperación.
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Te deja con energía, no con sensación de agotamiento extremo.
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Te permite entrenar con constancia, sin molestias ni lesiones frecuentes.
¿Y si ya tengo agujetas? Consejos para aliviarlas:
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Movimiento suave: caminar, estiramientos suaves o una sesión ligera de ejercicio ayudan a activar la circulación.
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Aplicar calor local: una ducha caliente o manta térmica puede aliviar la tensión muscular.
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Masajes o terapia manual: favorecen la recuperación muscular.
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Buena hidratación y alimentación: el músculo necesita nutrientes y agua para regenerarse.
En Clínica Merchán te ayudamos a entrenar con sentido
Si estás empezando a entrenar, si tienes molestias frecuentes o quieres evitar lesiones, la fisioterapia puede ayudarte a conocer tu cuerpo, moverte mejor y adaptar el ejercicio a tus necesidades reales. Porque no se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor.