¿Por qué me duelen las rodillas? Factores posturales y musculares que influyen
El dolor de rodillas es una de las molestias más comunes tanto en personas activas como en quienes llevan un estilo de vida más sedentario. Aunque muchas veces lo asociamos a golpes o lesiones deportivas, la realidad es que en gran parte de los casos el dolor se debe a desequilibrios musculares o problemas posturales que afectan la forma en la que nuestras rodillas trabajan día a día.
La rodilla, una “víctima” de lo que pasa en otras partes del cuerpo
La rodilla no trabaja sola: depende del alineamiento y el movimiento correcto de la cadera, el tobillo y el pie. Si alguno de estos segmentos no funciona bien, la rodilla suele pagar las consecuencias.
Por ejemplo:
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Un pie plano o un mal apoyo puede hacer que la rodilla rote hacia dentro.
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Una cadera con poca estabilidad obliga a la rodilla a compensar, sobrecargando ciertas zonas.
Factores posturales que influyen en el dolor de rodillas
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Desalineación de las piernas (genu valgo o varo): cuando las rodillas tienden a ir hacia dentro o hacia fuera, aumentando la presión en determinadas áreas.
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Mala postura al caminar o correr: una técnica incorrecta puede provocar impactos repetitivos y desgaste.
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Debilidad en el core y glúteos: sin una buena estabilidad en la pelvis, las rodillas reciben más carga de la necesaria.
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Uso de calzado inadecuado: zapatos sin sujeción o muy desgastados alteran la mecánica de la marcha.
Factores musculares que provocan dolor
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Debilidad del cuádriceps: especialmente del vasto medial, que ayuda a estabilizar la rótula.
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Acortamiento de isquiotibiales o cuádriceps: aumenta la tensión sobre la rodilla.
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Falta de flexibilidad en gemelos y sóleo: limita el movimiento natural del tobillo y obliga a compensar en la rodilla.
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Desequilibrio muscular entre la cara interna y externa del muslo: provoca que la rótula se mueva de forma ineficiente.
Cómo prevenir y aliviar el dolor de rodillas
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Fortalece los músculos clave: glúteos, cuádriceps, isquiotibiales y core.
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Mejora tu flexibilidad: estira de forma regular, sobre todo después de entrenar.
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Cuida tu postura: tanto al caminar como al sentarte o levantar peso.
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Valora tu pisada: un estudio biomecánico puede detectar si necesitas plantillas personalizadas.
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Mantente activo: el reposo prolongado debilita la musculatura y empeora la estabilidad articular.
Muchas veces, el dolor de rodillas no se soluciona solo con reposo o antiinflamatorios, sino con una valoración global de la postura, la pisada y la fuerza muscular.
En Clínica Merchán te ayudamos a encontrar la causa real de tu dolor y diseñamos un tratamiento personalizado para que puedas moverte sin molestias y con más seguridad.