“Si hago ejercicios de fuerza me voy a lesionar más”: mito o realidad
Es muy común que personas con dolor de espalda, lesiones previas o incluso quienes nunca han entrenado con pesas piensen que el ejercicio de fuerza puede empeorar su problema o provocar una nueva lesión. Hoy queremos desmontar ese miedo con información basada en la evidencia y contarte por qué, en la mayoría de los casos, hacer ejercicios de fuerza es justamente lo que tu cuerpo necesita para recuperarse y prevenir recaídas.
¿De dónde viene este miedo?
Cuando sufrimos una lesión, el cuerpo envía señales de dolor, y es lógico que nos dé miedo movernos o cargar peso. Sin embargo, este miedo muchas veces se prolonga más de lo necesario, nos hace evitar el movimiento y, como consecuencia, perdemos masa muscular, fuerza y funcionalidad. Esa falta de fuerza puede acabar generando más dolor, más rigidez y un mayor riesgo de lesionarse en el futuro.
Lo que dice la ciencia sobre el entrenamiento de fuerza en personas con dolor
Estudios recientes han demostrado que el entrenamiento de fuerza progresivo no solo es seguro, sino que es una herramienta eficaz para:
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Reducir el dolor en la espalda, cuello o rodillas.
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Mejorar la movilidad.
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Reforzar músculos y articulaciones.
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Prevenir recaídas.
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Recuperar la confianza en el movimiento.
Pero… ¿no necesito estar “curado” antes de entrenar?
No. Siempre que estés en manos de profesionales que evalúen tu caso, se puede empezar a entrenar desde fases muy tempranas del proceso de recuperación. En Clínica Merchán, utilizamos la fisioterapia activa como base del tratamiento. Esto significa que, incluso cuando aún hay molestias, adaptamos los ejercicios para fortalecer sin dañar.
Por ejemplo, en una persona con tendinitis en el hombro o dolor lumbar, trabajamos primero con ejercicios isométricos suaves (sin movimiento) y vamos aumentando la carga progresivamente. El objetivo es que el cuerpo se recupere moviendo, no evitando el movimiento.
¿Qué tipo de fuerza se trabaja en fisioterapia?
No hablamos de levantar pesas pesadas como en el gimnasio tradicional (aunque también puede ser una opción más adelante). El entrenamiento de fuerza en fisioterapia se enfoca en:
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Ejercicios con el propio peso corporal.
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Bandas elásticas.
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Mancuernas ligeras.
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Máquinas guiadas en fases más avanzadas.
Todo adaptado a tu nivel, tus síntomas y tus objetivos.
¿Y si ya me lesioné alguna vez?
Justamente por eso debes hacer fuerza. El entrenamiento bien guiado te ayudará a recuperar tejidos, corregir descompensaciones y devolverle a tu cuerpo la capacidad de protegerse. Quedarte sin moverte solo perpetúa el círculo del dolor y la debilidad.
Conclusión
Lejos de ser peligroso, el entrenamiento de fuerza es uno de los pilares más efectivos para tratar el dolor, prevenir lesiones y mejorar tu calidad de vida. Si te has sentido identificado con este mito, en Clínica Merchán podemos ayudarte a empezar de forma segura y adaptada.
Tu cuerpo está diseñado para moverse y ganar fuerza. Y nosotros, para ayudarte a lograrlo.