¿Por qué me crujen las articulaciones? Mitos y realidades
Seguro que alguna vez has sentido un “crack” en las rodillas al levantarte, o un chasquido en los dedos al moverlos. Y claro, surgen las dudas: ¿Es malo que suenen las articulaciones? ¿Estoy dañando mis huesos? ¿Me dará artritis?
Hoy en Clínica Merchán queremos resolver todas tus dudas sobre este tema que a muchos nos inquieta.
¿Por qué crujen las articulaciones?
El sonido que escuchamos cuando una articulación cruje se debe, en la mayoría de los casos, a la formación y colapso de burbujas de gas en el líquido sinovial. Este líquido es el encargado de lubricar las articulaciones, reduciendo la fricción entre los huesos.
En otras ocasiones, el chasquido puede deberse a un ligamento o tendón que roza con una estructura ósea, sobre todo si la articulación está más tensa o rígida de lo normal.
Mitos sobre el crujido articular
- «Si me suenan las articulaciones, seguro tengo artritis»
FALSO. El sonido no significa que haya desgaste articular ni inflamación. La artritis se caracteriza por dolor, hinchazón y rigidez, no por ruidos. - «Si me trueno los dedos, tendré problemas en el futuro»
FALSO. No hay evidencia científica de que crujirse los nudillos cause artritis o desgaste articular. - «Si me suenan mucho las rodillas, algo está mal»
DEPENDE. Si el crujido no va acompañado de dolor o inflamación, no hay problema. Pero si hay molestias al moverte, puede ser señal de una alteración biomecánica que merece revisión.
¿Cuándo es recomendable acudir al fisioterapeuta?
Aunque los crujidos sin dolor no son preocupantes, hay ciertos casos en los que sí conviene consultar a un especialista:
- Si las articulaciones crujen junto con dolor, hinchazón o rigidez.
- Si notas pérdida de movilidad o dificultad para realizar actividades cotidianas.
- Si el sonido apareció después de una lesión o un traumatismo.
En Clínica Merchán podemos ayudarte a evaluar el estado de tus articulaciones y, si es necesario, aplicar tratamientos específicos para mejorar la movilidad y reducir el dolor.
Conclusión: No todos los crujidos son motivo de alarma, pero si hay molestias asociadas, es mejor revisarlo. Así que, si este artículo te dejó con dudas, ¡pide una cita y te asesoraremos!